Con la muerte de Franco en noviembre de 1975, tras 39 años de dictadura, en España se inicia un proceso de evolución política, la llamada Transición, hacia un sistema democrático homologable a las democracias europeas. Este proceso va a afectar a todos los ámbitos de la sociedad española y muy especialmente a los jóvenes que ya en los últimos años de la dictadura habían empezado a reclamar la libertad que el régimen de Franco les negaba.
La influencia de la contracultura norteamericana, las protestas pacifistas contra la guerra de Vietnam, las nuevas tendencias del rock y del punk que llegan de Inglaterra calan en la juventud española que desde la universidad empiezan a exigir mayores libertades políticas.
Al mismo tiempo, en los barrios periféricos de Barcelona y Madrid, más castigados por la crisis económica de los 70 y más concienciados socialmente, empieza a surgir un movimiento contracultural que se va a formar y expresar a través de sus propias publicaciones: revistas y fancines, que con mayor o menor éxito y vida, van a proliferar como vehículo para la expresión del desencanto juvenil contra un sistema del que los jóvenes se sienten cada vez más ajenos. A pesar de los continuos problemas con la censura de los últimos años del franquismo, que les someterá a distintos cierres y prohibiciones, van a ser el altavoz principal de una juventud que intenta crear sus propios canales culturales en contraposición a la cultura oficial en la que no tienen cabida sus preocupaciones.
‘Star’ y ‘Ajoblanco’: altavoces de la contracultura
Entre todas estas publicaciones fueron ‘Star’ y ‘Ajoblanco’ las revistas que más influencia y difusión alcanzaron como exponente de la contracultura española, pero desde visiones distintas. ‘Star’ inicialmente dedicada al comic evolucionó hacia la crítica musical y de cine, los reportajes y entrevistas, siempre fuera de los canales oficiales, alcanzando los 25.000 ejemplares de tirada, mientras que ‘Ajoblanco’, que llegará a los 100.000, con un sesgo más libertario se mantuvo en el análisis político y social.
Al amparo de las nuevas libertades, que ellos consiguieron ensanchar, en sus páginas hablaron de aquellos temas que habían estado prohibidos y que la cultura oficial no quería recoger. En sus páginas se debatía sin tapujos de rock, de sexo, de drogas o de homosexualidad.
Figuras como Mariscal, Nazario, Ceesepe, el Hortelano, Ouka Leele, Alberto García Alix o el mismo Pedro Almodóvar publicaron sus primeros comics y fotografías en ‘Star’, que también dio a conocer a los grupos más contestatarios de rock duro o el punk como Leño, Asfalto o Barón Rojo más tarde, o a aquellos que simplemente querían expresarse de forma libre y festiva sin las ataduras de la música más convencional como Alaska y los Pegamoides, Nacha Pop o Radio Futura.
‘La movida’: efervescencia cultural en la España de los años 80
Muchos de estos artistas, que nacieron con la contracultura para hacerse hueco en una sociedad en la que no se sentían representados, evolucionaron hacia posturas menos políticas o sociales y más lúdicas en un ambiente de continua efervescencia cultural para dar forma a lo que se conoció como la Movida y fue el estandarte de la modernidad de la nueva España democrática en el mundo.
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