- Exposición: Pintando vidas modernas
- Hacia el interior
A finales del siglo XIX, muchos pintores comenzaron a rechazar el realismo para explorar modos de expresión más subjetivos. Este cambio estuvo vinculado a las ideas transformadoras de la época expresadas por Sigmund Freud, Charles Darwin, Friedrich Nietzsche y otros. Sin la necesidad de pintar el mundo de forma realista, los artistas progresistas lo distorsionaron para crear un efecto psicológico, explorando a menudo temas más oscuros
El pintor, escultor y arquitecto alemán Franz von Stuck (1863-1928) fue alumno de la Academia de Múnich y cofundador de la Secesión de Múnich en 1892, cuando los artistas abandonaron la Asociación de Artistas de Múnich para formar una cooperativa independiente.
Los principales temas de Stuck provenían de la mitología y la religión. Su siniestro Lucifer de 1890 muestra a un hombre desnudo sentado en un espacio oscuro indefinido, con los ojos mirando directamente al espectador, y la cabeza apoyada en su mano izquierda. El brazo derecho de Lucifer está hacia un lado, sujetando sus alas, y una fuente de luz fosforescente emerge de su derecha (en latín, lucifer significa «estrella del alba»).
En el arte del pintor y litógrafo noruego Edvard Munch (1863-1944), se repiten las evocaciones de estados psicológicos intensos. Su obra tuvo gran influencia en el expresionismo alemán del siglo XX.
El adjetivo 'representativo', utilizado con tanta frecuencia, puede usarse justamente aquí para describir la obra de Munch de 1893 El grito, uno de los cuadros más reproducidos de la historia del arte. El grito se expuso por primera vez en 1893 en la exposición individual de Munch en Berlín y fue una parte central del ciclo de pintura (nunca completado) de Munch El friso de la vida, que exploró la mortalidad y sexualidad. Al igual que en muchos otros cuadros de Munch, se cree que El grito está basado en los propios sentimientos y experiencias del artista. Los diarios de Much incluyen descripciones de episodios que pueden haber sido la materia prima de El grito, como esta entrada del 22 de enero de 1892:
Caminaba con dos amigos por la carretera. El sol se estaba poniendo. Sentí un aire de melancolía. De repente, el cielo se volvió rojo como la sangre. Me detuve, me apoyé en la valla, mortalmente cansado. Sobre el fiordo negro y azulado y el pueblo caían sangre y lenguas de fuego. Mis amigos siguieron caminando. Yo me quedé allí, temblando de miedo, y sentí un grito enorme, infinito, pasar por la naturaleza.
El simple paisaje del cuadro se reconoce como el fiordo de Oslo, visto desde Ekeberg, con amplias vistas de la bahía, el pueblo y las colinas detrás. Al fondo a la izquierda, donde termina la carretera con la valla que cruza en diagonal el cuadro, caminan dos hombres que pueden ser los amigos que menciona Munch en su diario. Sin embargo, es la figura central en un primer plano la que llama nuestra atención, con la boca en forma de grito silenciosos que parece reflejar las ondulaciones del paisaje a su alrededor. Haz clic aquí para obtener más información sobre la obra de Munch en Europeana
Al igual que Munch y muchos simbolistas de su época, el arte de Hugo Simberg (1873-1917) retrata temas místicos y metafísicos, llenos de diablos y personificaciones de la muerte. Simberg estudió arte en su Finlandia natal y se trasladó después a Londres en 1896, antes de viajar a París e Italia el año siguiente.
El ángel herido es una de las obras más famosas de Simberg y, en 2006, fue votado el 'cuadro nacional' de Finlandia en una encuesta realizada por el Museo Ateneum. El significado de la obra continúa siendo ambiguo, ya que Simberg se negó a ofrecer cualquier pista; prefirió que los espectadores sacaran sus propias conclusiones. Para escuchar una breve guía de audio sobre El ángel herido, visite esta página del sitio web de la Galería Nacional Finlandesa. Para ver la vida de Simberg en una serie de fotografías fascinantes, echa un vistazo a esta muestra de The Public Domain Review.
En 1864, el artista belga Félicien Rops (1833-1898) conoció a Charles Baudelaire al final de la vida de este. Rops ilustró el frontispicio de Los despojos de Baudelaire y, al hacerlo, comenzaron a respetarlo escritores contemporáneos como Stéphane Mallarmé y Théophile Gautier.
Gran parte de la obra de Rops es deliberadamente blasfema y provocativa; una mezcla potente de sexo, muerte, satanismo y degeneración general. Pornocrates no es ninguna excepción: muestra el perfil de una mujer casi desnuda, caminando con un cerdo mientras tres querubines en poses lascivas posan delante de ella. Debajo de la mujer se ve un friso con alegorías de escultura, música, poesía y pintura. Para obtener más información sobre Pornocrates, la página de Wikipedia dedicada a la obra.
La próxima vez, en la entrega final de Los rostros de Europa, veremos cómo los artistas europeos respondieron a la vertiginosa variedad de estilos y movimientos modernistas. Hasta entonces, haz clic aquí para ver un avance del capítulo.