Héroes de los Juegos Olímpicos
Pioneros
Innovando
Innovando
A lo largo de los 125 años de historia de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, han ido apareciendo y desapareciendo nuevos deportes. En todos los deportes hay pioneros, aquellos que compiten por primera vez o aportan una nueva perspectiva a un deporte. En este capítulo, nos centramos en los atletas que han estado entre los primeros de sus propios países en competir y ganar.
Teddy Riner ha ganado tres medallas de oro olímpicas en judo y es uno de los judokas más exitosos de la historia.
Teddy Riner nació en 1989 en Pointe-à-Pitre, Guadalupe. Se crió en Francia, donde practicó diferentes deportes y desarrolló un interés particular por el judo. Los entrenadores le echaron el ojo rápidamente por sus actuaciones.
En 2006, con 17 años, ganó medallas de oro en los campeonatos juveniles europeos y mundiales, convirtiéndose en el campeón europeo y mundial de peso pesado más joven. A medida que progresaba, fue ganando más y más campeonatos y rápidamente se convirtió en el judoka francés más laureado del mundo.
Actualmente, tiene un historial excelente con diez títulos mundiales, además de haber sido campeón olímpico en los Juegos de Londres en 2012 y Río de Janeiro en 2016 y de haber ganado una medalla de oro por equipos en Tokio en 2020.
Su éxito impresionó al público y los medios franceses, y Teddy Riner se convirtió rápidamente en una figura pública comprometida con la igualdad y los derechos de acceso al deporte, especialmente para los niños. En 2018, fue nombrado Embajador de Buena Voluntad de UNICEF. Desde 2012, apoya al Imagine Institute for Genetic Diseases, un instituto que desarrolla vínculos entre la investigación y el cuidado del paciente para encontrar nuevas soluciones terapéuticas para las enfermedades genéticas. Está involucrado en la recaudación de fondos y aporta medios adicionales para la investigación y el cuidado.
En definitiva, al utilizar su fama para servir a causas importantes, como la investigación y los derechos de los niños, Teddy Riner pasa de ser un deportista a un héroe.
Los Juegos Paralímpicos se desarrollaron a partir de competiciones deportivas que se celebraron por primera vez en el Reino Unido en 1948. El Dr. Ludwig Guttmann, nacido en Alemania y de origen judío, del Hospital Stoke Mandeville, organizó una competición deportiva para pacientes británicos veteranos de la Segunda Guerra Mundial con lesiones medulares. Participaron 16 atletas, 14 hombres y 2 mujeres.
Lea más sobre los primeros Juegos Paralímpicos en el siguiente enlace.
Joan Horan fue una paciente del hospital Stoke Mandeville que hizo historia como deportista paralímpica compitiendo por Irlanda.
Nació en Dublín en 1918 y se mudó a Londres proseguir una carrera como actriz. A finales de la década de 1940, le diagnosticaron un quiste en la columna vertebral y estuvo hospitalizada durante muchos años, por eso estuvo viviendo durante un año en Stoke Mandeville. Allí empezó a practicar tiro con arco y tenis de mesa, y volvió a competir en los 8.º Juegos Internacionales de Stoke Mandeville en 1959.
En 1960 viajó a Roma, convirtiéndose en la primera mujer irlandesa en competir en los Juegos Paralímpicos. Era la única mujer en el equipo y ganó dos medallas de oro, una en tiro con arco y otra en natación.
El velocista Jason Smyth en uno de los atletas paralímpicos más exitosos de Irlanda. En el transcurso de cuatro Juegos Paralímpicos, Smyth ganó seis medallas de oro. Smyth, que es legalmente ciego, compite en carreras de 100 y 200 metros lisos T13. Batió récords mundiales y olímpicos en los Juegos Paralímpicos de 2008 y 2012, lo que ha llevado a algunos a bautizarlo como «el atleta paralímpico más rápido del mundo».
Smyth, originario de Eglinton en Irlanda del Norte, también hizo historia como el primer atleta paralímpico en competir en los campeonatos europeos de atletismo. En 2010, en Barcelona, se clasificó para las semifinales de los 100 metros lisos en 10,43 segundos y terminó cuarto en su serie.
Cuando pensamos en la geografía de Portugal, seguramente nos vienen a la mente hermosas playas y valles soleados, pero no necesariamente los paisajes y el clima adecuados para practicar deportes de invierno.
En 1952, Duarte Espírito Santo Silva fue el primer atleta de Portugal en participar en los Juegos Olímpicos de Invierno. Compitió en esquí alpino y quedó en el puesto 69, por delante de atletas de Argentina, Australia, Grecia (y otros que habían sido eliminados).
Silva había crecido disfrutando del esquí. Todos los años, sus padres viajaban a los Alpes suizos y se llevaban a uno de sus hijos. Silva esquió por primera vez en 1932, a los siete años, y ha estado enamorado de este deporte desde entonces. Continuó esquiando, cuando podía, en Covilhã, un pueblo en una región montañosa de Portugal. También esquiaba por temporadas en Suiza y Austria.
En 1951, Raymond Noelke, un instructor de esquí austriaco, desafió a Silva y su amigo Carlos Gonçalves a participar en los próximos Juegos Olímpicos de Invierno, que se celebrarían en Noruega. Ambos entrenaron todo lo que pudieron en un país sin pistas de esquí oficiales, pero Gonçalves abandonó en el último momento. Silva pagó su propio vuelo a Oslo, con el objetivo de simplemente terminar la carrera.
Lamentablemente, no hay fotografías de Silva participando en la carrera. No estuvo acompañado por nadie del comité olímpico portugués, y tampoco los periódicos portugueses informaron de su participación.
Silva fue el único atleta que representó a Portugal en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1952. Por eso fue el abanderado en el desfile de la ceremonia de apertura. Pasarían otros 36 años antes de que otro atleta portugués participara en unos Juegos Olímpicos de Invierno. Hasta la fecha, Portugal ha enviado un total de solo 12 atletas a los Juegos Olímpicos de Invierno.
Nacido en Gales en 1909, el boxeador Boxer Cuthbert Taylor participó en los Juegos Olímpicos de 1928 compitiendo por Gran Bretaña.
Sin embargo, se le prohibió participar en campeonatos nacionales debido a disposiciones racistas en los estatutos de la Asociación Británica de Boxeo Profesional. El padre de Taylor nació en Liverpool, aunque tenía ascendencia jamaicana. De acuerdo con las reglas de la British Boxing Board of Control, Cuthbert no cumplía con el requisito que estipulaba que un boxeador profesional debía tener un padre y una madre blancos para competir en un campeonato nacional, una regla racista que estuvo vigente desde 1911 hasta 1948.
La participación de Taylor en los Juegos Olímpicos no importaba. En 1928, se aseguró un lugar en Ámsterdam en la categoría de peso mosca al ganar el título de la Asociación Nacional de Boxeo Amateur, convirtiéndose en el primer boxeador británico no blanco en competir en los Juegos Olímpicos. Fue eliminado en los cuartos de final por Armand Apell, después de lo cual se pasó al boxeo profesional.
Durante toda su carrera, boxeó en unas 200 peleas profesionales, pero nunca fue admitido en los campeonatos nacionales debido al racismo de la Unión de Boxeo.
A día de hoy, los familiares de Taylor siguen exigiendo una disculpa por parte de la asociación profesional, que aún existe. Este caso incluso suscitó un debate en la Cámara de los Comunes. El 30 de octubre de 2021, se inauguró una placa para Taylor, que falleció en 1977.
Mientras que Cuthbert Taylor fue el primer boxeador negro en competir en los Juegos Olímpicos representando a Gran Bretaña, casi 100 años después, Nicola Adams marcó otro hito histórico.
Adams, que nació en 1982, fue la primera mujer boxeadora en ganar una medalla de oro olímpica. Lo hizo frente a una multitud local en los Juegos Olímpicos de 2012 en Londres, y volvió a ganar una medalla de oro en Río de Janeiro en 2016.
Charlotte Hym fue una de las primeras mujeres de la historia en estar entre los patinadores franceses.
Nacida en 1992 en París, se define a sí misma como una «chica de la calle», ya que comenzó a patinar con sus vecinos parisinos cuando era solo una adolescente, ¡y ¡nunca paró! Cuando sus habilidades con el monopatín mejoraron, pasó de entrenar por su cuenta a tener un entrenador, todo mientras cursaba una licenciatura en Ciencias del Deporte seguida de una máster en Neurociencias.
Combinando un estilo de vida académico y deportivo con un equilibrio casi perfecto, logró ser la campeona francesa de street skate (patinaje callejero) en 2017, 2018 y 2019, mientras terminaba su doctorado en 2019. Después de graduarse, decidió centrarse más en el skatebording, y fue seleccionada para participar en los Juegos Olímpicos de 2020.
El skateboarding debutó en Tokio con dos categorías: calle y parque. Con su participación, Charlotte Hym puso de manifiesto dos cuestiones: en primer lugar, la necesidad de considerar el skateboarding como un deporte por derecho propio, con entrenamiento formal disponible para todos y, en segundo lugar, la necesidad de contar con una mayor representación femenina en dicho deporte.
Hemos comisariado esta exposición para incluir a tantos atletas como sea posible de toda Europa. Pero debido a los miles de atletas que participan en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos cada año, no hay espacio para todos.
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