- Exposición: Celebraciones en Europa
- Luz y oscuridad
La oscuridad y la lucha contra ella desempeñan un papel crucial en muchas tradiciones y costumbres europeas. La noche y las estaciones con escasez de luz solar se pueden percibir como peligrosas, así que las costumbres relacionadas con la luz, la paz y la alegría ayudan a la gente a atravesar esos periodos de oscuridad.
Janucá
Janucá, el Festival Judío de la Luz, se celebra el 25.º día de Kislev según el calendario hebreo, que cae entre noviembre y diciembre. Celebra la reconsagración del templo de Jerusalén en el año 164 a. C. después de que los macabeos lo recuperaran del control sirio-griego. El Talmud, el texto principal de la cultura judía, describe cómo los rebeldes macabeos encontraron una última lata de aceite kosher en el templo, que contenía aceite suficiente como para encender el candelabro durante un solo día.
Milagrosamente, continuó ardiendo durante ocho días y ocho noches.
Las familias y los amigos se reúnen en casa para celebrar Janucá, y encienden una vela al día, hasta que las ocho velas de la menorá están encendidas. Se coloca en una ventana o en un lugar central de la casa.
Se sirven platos cocinados en aceite, como los latkes y el sufganiot, para recordar el papel del aceite en el milagro del Templo.
El día de Santa Lucía
Iluminar la oscuridad es también un tema central en la tradición del día de Santa Lucía.
Esta fiesta hace alusión a la mártir católica Lucía de Siracusa, que murió el 13 de diciembre de 304 d. C., tras ser torturada por los romanos que intentaban obligarla a renegar de su fe.
Según la leyenda, llevaba comida a los cristianos que se escondían de la persecución. Para liberarse las manos y poder acarrear todo lo posible, llevaba una corona de velas en la cabeza, detalle que adaptaron las costumbres escandinavas como Luciadagen (día de Lucía).
El 13 de diciembre coincidía con la noche de invierno más larga del calendario, una noche supuestamente llena de peligros y criaturas sobrenaturales. La gente empezó a celebrar la festividad de Lucía en el siglo XIX y sigue haciéndolo hoy en día. Las chicas (y cada vez más chicos) llevan un vestido blanco, una faja roja y una corona con velas (eléctricas), cantan en procesiones y llevan bollos de azafrán a sus familias.
En Italia, hay otros aspectos del día de Santa Lucía que son más importantes: hay procesiones con sus reliquias en Sicilia y los niños del noreste de Italia reciben regalos (o carbón si se han portado mal).
Krampus
Así como no hay luz sin sombras, muchas figuras, costumbres y tradiciones están rodeadas de ambigüedad. Aunque se supone que muchas de ellas traen alegría, en ocasiones también reflejan miedos o tristezas.
Krampus es un ejemplo de ello: una figura demoníaca de la tradición alpina precristiana. La gente se vestía con pieles y elaboradas máscaras, y usaba campanas, varas y cuernos para ahuyentar el mal.
En el siglo XVII se combinaron las tradiciones alpinas de Krampus y San Nicolás, en una festividad en la que ambas figuras desfilaban por los pueblos y entraban a las casas con invitación. San Nicolás les pregunta a los niños cómo se han portado: los niños que han sido buenos reciben regalos, mientras que los que han sido traviesos reciben un castigo de Krampus.
Solo hay un Nicolás en cada desfile, pero puede haber varios Krampus; por ejemplo, en St Johann im Pongau (Austria), se celebran desfiles con más de 1000 Krampus.
La inclinación a asustar a las personas, especialmente a los niños, y ver si se han portado conforme a las normas sociales, es bastante común en las culturas europeas; otros ejemplos son el Bogeyman, Croque-mitaine o Knecht Ruprecht.
El fin de la Navidad
Bringing light to the people and their houses plays a role in traditions around epiphany, an important period for many European regions, marking the end of Christmas for many in Europe. In Germany Belgium and in some regions in the Netherlands, children walk from door to door, sing songs and have lanterns with them – another approach from past times to chase away the evil.
En Finlandia, hay grupos, a menudo de hombres, que deambulan por pueblos y ciudades durante la oscura época de Navidad. El día de San Knut (Nuutinpäivä), que se celebra el 13 de enero (vigésimo y último día de Navidad), la gente va de casa en casa, vestida con trajes espantosos pidiendo sobras de cerveza y alimentos navideños.
La idea es poner fin a la Navidad y volver a empezar la vida cotidiana después de la temporada festiva: «El bueno de Tomás trae la Navidad, mientras que el malvado de Knut se la lleva».
Aquellos que no pueden entregar sobras o cerveza son objeto de bromas o de burlas con canciones.
Para algunos, es un día para los regalos. En Italia, la bruja Befana lleva otro tipo de positividad a los niños el 6 de enero.
Según la leyenda, la Befana se negó a unirse a los Reyes Magos en su viaje para ver al niño Jesús. Cuando se arrepintió de su decisión, decidió llevarle regalos al niño, pero no llegó a encontrarlo y, desde entonces, lleva regalos a otros niños.
La víspera de la Epifanía, los niños italianos dejan sus zapatos o ponen medias para la Befana. La Befana deja trozos de carbón a los niños traviesos.