- Exposición: Arte académico y nuevos rumbos
- Costumbres y tradiciones autóctonas
Algunos artistas traspasaron el sistema académico aplicando su formación a temas cotidianos. El artista finlandés Robert Wilhelm Ekman (1808-1873) eligió representar a gente corriente en vez de temas relacionados con la mitología, religión o historia. Su obra explora las vidas e historia de los finlandeses. Ekman estudió en la Academia de Bellas Artes de Estocolmo y, después de algunos viajes a Francia e Italia, regresó a Finlandia en 1845 para quedarse en el país. Durante el resto de su vida, Ekman fue el director de la Escuela de Dibujo Turku, fundada en 1846.
En el cuadro anterior, un grupo de atentos oyentes se ha reunido en torno a una mujer que toca el kantele, un instrumento de cuerda pulsada de la familia del dulcimer y la cítara. (Para saber cómo suena un kantele, escucha esta grabación de 1956 de una melodía popular finlandesa). Kreeta Haapasalo fue una conocida artista dedicada a la música folclórica que mantuvo a su familia durante los años del hambre de la década de 1860 como música itinerante, tocando el kantele y cantando poesía. Se la consideraba la personificación de las antiguas tradiciones del Kalevala, como a una intérprete que podía conectar con cualquier cosa verdaderamente finlandesa. Haz clic aquí para obtener más información sobre el arte de Ekman en Europeana.
En Lituania, las escenas costumbristas que representaban estilos de vida, tradiciones y costumbres autóctonos fueron el sello distintivo de los pintores románticos de su capital Vilnius. Kanutas Ruseckas (1800-1860), habiendo estudiado en París y Roma, pintó una popular serie de obras que mostraban las costumbres populares lituanas. Una de las más conocidas es Chica lituana con hojas de palma el domingo de Ramos, 1844 (también conocida como "Domingo de Ramos").
El Museo de Arte de Lituania describe así el cuadro: «La imagen idealizada de una chica lituana joven, humilde y católica encarna el amor a la tierra natal... Para algunos, este cuadro se convirtió en el símbolo del arte lituano del siglo XIX». Puedes ver más obras de Kanutas Ruseckas en Europeana aquí.
Al igual que muchos de los artistas que hemos encontrado en Los rostros de Europa, el pintor letón Kārlis Hūns (1830-77) se formó, viajó y trabajó en Europa, en ciudades como Riga, San Petersburgo y París. Hūns pintó historia, paisajes y escenas costumbristas y, en 1872, se convirtió en un académico en la Academia Imperial de las Artes de San Petersburgo.
Hūns pintó Joven gitana en 1870, después de haber participado con éxito en el Salón de París ese mismo año. La simple composición de la figura muestra una joven y esbelta gitana que levanta su pandereta para recoger una moneda. Joven gitana retrata un tema popular idealizado siguiendo el estilo convencional de la pintura académica contemporánea. Unos años antes de su prematura muerte por tuberculosis, a los 45 años, Hūns se unió a la Peredvizhniki, una cooperativa de artistas rusos formada por pintores realistas que se creó para protestar contra los límites impuestos por la Academia Imperial de Bellas Artes.
El artista eslovaco Jozef Hanula (1863-1944) es más conocido por sus obras sobre temas populares. Las más famosas son de los años 1900-1918, cuando Hanula regresó a Eslovaquia después de haber estudiado en el extranjero. Sus precisas representaciones de las costumbres populares eslovacas, en cuadros como Para el novio, fueron muy elogiadas por los críticos contemporáneos.
El cuadro muestra a una joven vestida con el traje tradicional, con un libro de oraciones en una mano y una flor silvestre en la otra. La obra tuvo un gran éxito en la exposición de 1902 de artistas eslovacos y moravos en Hodonín. Profundiza en la obra de Hanula en internet a través de la Galería Nacional de Eslovaquia.
A pesar de sus viajes al extranjero, Múnich y París (donde participó en la exposición del Salón de 1894), el pintor checo Joža Uprka (1861-1940) fue un verdadero pintor de las personas. Estaba muy bien informado sobre las tendencias artísticas de la época, pero prefirió pintar la vida de los pueblos de la Eslovaquia morava.
La obra de Uprka Desfile de los reyes, 1897, representa el festival de primavera moravo tradicional que se asoció originalmente con Pentecostés y que data del años 1808. El desfile en sí lo llevan a cabo un grupo de chicos jóvenes, precedidos y seguidos de cantantes y un guardia de honor que porta espadas desenvainadas para proteger al «rey», un niño cuya cara está parcialmente cubierta y que sujeta una rosa en la boca. El rey y sus caballeros visten trajes femeninos, mientras que los otros jinetes llevan ropa masculina. La animada composición panorámica de Uprka captura el ruido, excitación y color del acontecimiento. El Desfile de los reyes todavía tiene lugar hoy en día y ha sido reconocido por la UNESCO: haz clic aquí para ver un breve video del festival de 1971.