- Exposición: El Parlamento Europeo: setenta años de democracia europea en acción
- Al servicio de los derechos humanos en Europa y en todo el mundo
Para afianzar la vocación democrática del proyecto europeo, el Parlamento se puso muy pronto del lado de la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Para los eurodiputados y las eurodiputadas, la lucha por estos derechos es universal. Muy pronto empiezan a expresar su preocupación por las violaciones de los derechos humanos en todo el mundo, sin atender a fronteras ni regímenes políticos.
Así, defienden la libertad y los derechos humanos en países bajo el yugo soviético, en regímenes autoritarios de países del sur de Europa o sometidos a dictaduras militares en algunos países en desarrollo.
Fue el Parlamento Europeo el que consiguió, a principios de los años sesenta, que uno de los requisitos para entrar en la Comunidad Europea fuera garantizar los derechos y libertades fundamentales y el respeto de la democracia en el país candidato. También se afana en defender los derechos humanos en sus relaciones con terceros países, empezando por las relaciones comerciales.
Por último, el Parlamento instituyó en 1988 el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, que se concede anualmente en Estrasburgo a personas de todo el mundo que luchan en defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales, en particular por la libertad de expresión.